El sector de la puerta, al límite


El colectivo de los fabricantes españoles de puertas de madera transita por la crisis de la peor forma posible: al exceso de capacidad instalada y oferta se unen una severa guerra de precios, practicada principalmente por las factorías moribundas aunque, al fin y al cabo, secundada por todos los actores que intentan vender sus productos en el maltrecho mercado interior.

La localidad toledana de Villacañas, paradigma de esta realidad, ha pasado de emplear a 6.500 trabajadores directos a tan solo 1.200. Y parece que el proceso de cierre de empresas no ha concluido.
“Nos estamos convirtiendo en aves carroñeras –lamenta Pedro Martínez, Presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Puertas de Madera (ANFPM)-. Quienes sobrevivimos nos aprovechamos de lo que dejan los que mueren en el camino. Es increíble el nivel de precios al que hemos llegado; vendemos nuestras puertas con tarifas de hace quince años, y se están materializando con naturalidad unas fuertes pérdidas. Pero en este país cuesta mucho tiempo que una empresa se muera, así que la competencia desleal se alarga eternamente y está haciendo un daño quizá irreparable al sector.”


La exportación es ineludible


En el segmento de la fabricación de las puertas de madera, “quien no se ha planteado exportar no podrá salir adelante”, afirma rotundo Pedro Martínez.
España llegó a tener hace pocos años una capacidad productiva de 14 millones de puertas anuales, y hoy la demanda interna no alcanza las 900.000. Ni un 10% de lo que los fabricantes son capaces de ofrecer. “Con estos datos, es fácil suponer cómo viven el día a día los fabricantes que todavía operan en el mercado, y no han trabajado para trasvasar parte de su producción al exterior”.
También es cierto que se han desmantelado numerosas fábricas. Es conocido que en España han desaparecido grandes firmas fabricantes de puertas. “De esos escombros pretenden seguir viviendo otros, pero la verdadera tabla de salvación está en la exportación”, concluye el Presidente de la ANFPM.