EUROCONSTRUCT analiza la situación y previsiones del sector de la construcción en España


El retorno al crecimiento no significará el final de los problemas.

Los indicios de mejora que empiezan a notarse en la economía española todavía no han hecho acto de presencia en el sector construcción. En efecto, 2013 ha sido otro año muy negativo en términos de producción constructiva, registrando una bajada del -18,8%. La tendencia negativa se prolonga durante 2014, aunque hay motivos para esperar un impacto menos severo (-5%). La previsión para 2015 finalmente contempla un retorno a la zona positiva (+0,9%), con posibilidades de ir afianzándose en 2016 (+3,4%). Este cambio de tendencia es sin duda un hito significativo, aunque hay que tomar conciencia del pequeño impacto real que tendrá un avance de unos pocos puntos porcentuales tras dejar atrás siete años de contracción sin precedentes. En estas circunstancias, el sector puede experimentar crecimiento y continuar severamente deprimido al mismo tiempo.

Por lo que se refiere a la edificación es preciso no confundir la situación del mercado inmobiliario con la del mercado de la construcción propiamente dicho. Así, mientras sigue el desembarco de inversores internacionales en España a la captura de oportunidades tanto en activos residenciales como no residenciales, el flujo de nuevos proyectos tan apenas mejora y por tanto el nivel de actividad constructora continúa en mínimos.

La edificación residencial seguirá sufriendo las consecuencias de una demanda en horas bajas, pues sin duda sobre el comprador privado medio pesa más el impacto de la crisis sobre sus ingresos que las rebajas sobre la vivienda en oferta. En este entorno tan poco propicio, el sector tan sólo inició 34.000 viviendas durante 2013, que se espera que marquen el mínimo del ciclo. Una hipotética mejora hacia las 40.000 viviendas, una cifra muy poco ambiciosa, bastaría para causar incrementos de producción del 5% y del 8% en 2015 y 2016. Eso sí, antes todavía será preciso capear un 2014 recesivo (-5%) a la espera no tan solo de mejoras en economía y empleo, sino también de ver cómo se aborda la fiscalidad de la vivienda en la reforma fiscal.

En edificación no residencial, el panorama es similar: todavía sigue siendo prematuro esperar crecimiento para 2014, pero la caída prevista (-5,5%) es claramente menor a la de los últimos años. La previsión para 2015 es de estancamiento (+0,3%) pero tras ese agregado neutro podría haber ya un cierto crecimiento en algunos segmentos no residenciales como la construcción relacionada con el comercio y la logística. Para 2016 se espera un crecimiento discreto (+3%), contando con que empezasen a remontar las oficinas de nueva planta, un segmento crítico para el sector por su elevada cuota de mercado.

La ingeniería civil continúa muy condicionada por los objetivos de déficit público, que se siguen considerando prioritarios a cualquier inversión en infraestructuras. Sin embargo, la tímida consolidación de la recuperación económica (más una pequeña contribución por parte del calendario electoral) abre un resquicio de esperanza para que la espiral negativa de inversiones toque fondo algo antes, con lo que 2014 podría ser el último año de contracción de la producción (-6,2%). El rumbo que tome el sector del 2015 en adelante estará muy condicionado por el volumen de inversión privada que se consiga atraer. De momento, el capital privado todavía tiene motivos para mostrarse prudente, de ahí que la previsión se limite a un crecimiento modesto para 2015 (+1,3%) y 2016 (+2,6%).

 

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